jueves, 30 de octubre de 2014

Mitos y verdades sobre la masturbación

¿Te sientes mal por haberte masturbado con el último vídeo de Pornogafas? No te preocupes, tu ansiedad responde a años y años de represión sexual. A lo largo de la historia, la masturbación ha sido uno de los actos sexuales más prohibidos, y aún hoy día se siguen fomentando mitos y mentiras sin fundamento para evitar que adolescentes y adultos se quieran a sí mismos. Si te sientes mal por masturbarte de vez en cuando, échale una ojeada a esta lista de mitos y verdades sobre la masturbación:

1. A través de los siglos, se pensaba que la masturbación era como una epidemia y se asoció esta práctica con diversas dolencias: la histeria, la ceguera, la locura, la epilepsia e incluso la muerte. Es todo mentira: masturbarse no sólo no es perjudicial para nuestro cuerpo, sino que es un acto que potencia nuestra autoestima. Incluso hay estudios que aseguran que tener orgasmos es muy beneficioso para nuestra salud.

2. Algunos de los mejores mitos ridículos sobre la masturbación afirman que es adictivo, que reducirá tu excitación con el tiempo, que te hará infértil o impotente, que te producirá acné... Nuevamente, no son más que mentiras.

3. La masturbación no es sólo un pasatiempo placentero; también puede mejorar tu relación de pareja. La masturbación establece una filosofía saludable sobre el sexo y ayuda a perder las inhibiciones sexuales, que pueden ser un impedimento para una vida sexual satisfactoria. Además, la masturbación mutua con tu pareja puede ser una fantástica práctica sexual.

4. El sentimiento de culpa es lo que impide masturbarse a muchas personas. No obstante, no hay de qué preocuparse: la masturbación ni es sucia ni es inmoral; es quererse a uno mismo. Y ya sabes, para querer a alguien debes empezar por quererte a ti mismo...

6. La masturbación es natural. ¿Sabías que los animales se masturban? Los pájaros lo hacen, las abejas lo hacen, e incluso los chimpancés lo hacen. Si todos estos animales lo hacen y no se sienten culpables por ello, ¿por qué deberías sentirte tú culpable?


9. Muchos sexólogos coinciden en que la masturbación es natural, y censurarla o reprimirla  puede ser perjudicial, lo que resulta en obsesiones destructivas, baja autoestima, y puede incluso dar lugar a problemas de intimidad. También puede provocar irritabilidad y depresiones. ¡Así que déjate de cuentos y date amor!

martes, 28 de octubre de 2014

Déjalas sin aliento: fantasías eróticas femeninas

¿Tu mujer pasa de ti? ¿Tu amante finge orgasmos? ¿Incluso la escort que has contratado se queja de lo aburrido que eres en la cama? Amigo, tienes que admitirlo: te falta pasión. Las mujeres no son entes pasivos que se te echarán a los pies cuando saques tu herramienta, tienes que currártelo si quieres excitarlas. Puedes probar muchas maneras: con juguetitos, con salidas románticas, con juegos de roles... Pero tampoco hace falta que le des muchas vueltas, esto no es física cuántica. Hay sencillas fantasías sexuales que comparten la mayoría de mujeres y que puedes poner en práctica para dejarlas sin aliento. Aquí las tienes.

El observador


Puede que no lo admitan, pero a las mujeres les gusta sentirse deseadas... y observadas. Les gusta ser provocativas y ver como las miras y como reaccionas. Así que pon manos a la obra: proponle que haga un estriptisde cine, que se desnude para ti lentamente y que te haga un baile erótico. Y, muy importante, mírala con deseo mientras lo haces y pospón todo lo que puedas el contacto físico. Controla un poco tus impulsos y tómala cuando veas que está lista para la acción. Como ya sabrás, en el sexo los tiempos son importantes.



‘¿Has sido una chica mala?


Parece un cliché del cine porno malo, pero la verdad es que a todo el mundo le pone que le digan guarradas. A las mujeres también, por supuesto, aunque tampoco te pases. Hacer comentarios picantes en tono lujurioso ayuda a crear ambiente y puede convertir un polvo normal en una gran experiencia sexual. De hecho está comprobado científicamente: decir palabras subidas de tono acelera el orgasmo. Si te cuesta soltar guarradas puedes convertirlo en un excitante juego de roles, los juegos te ayudarán a superar tu (o su) timidez y podrás decir esas palabras tan sucias que la ponen a mil por hora.

La bestia en la cama


La mayoría de chicas tiene como hombre ideal a un hombre refinado, culto e inteligente. Sin embargo, todas quieren a una bestia en la cama que las deje sin aliento. Tú debes ser esa bestia: no tengas piedad (figuradamente, claro) y empótrala contra la pared, contra la cama, contra lo que sea. Sé salvaje y no pares hasta que llegue al orgasmo, y si pueden ser dos o tres orgasmos pues todavía mejor.

Ahora ya lo sabes, si quieres que tu pareja (o parejas) quiera repetir, haz realidad sus fantasías. Ella acabará encantada y tu autoestima subirá como la espuma.

¿Tienes alguna cosa que añadir? ¡Déjanos un comentario!


Imagen: osaltoalto.blogspot.com

jueves, 23 de octubre de 2014

Consejos para disfrutar de un trío

Es sacar el tema del trío y todos los hombres que lo escuchan se vuelven locos con la fantasía. No son pocos los hombres que pagarían por vivir un dúplex, es decir, por estar con dos chicas al mismo tiempo. Cuando uno intenta informarse sobre los tríos, es muy fácil encontrar mil artículos sobre cómo organizar el trío, pero curiosamente se encuentra poca información acerca de lo que un hombre debe hacer cuando se presenta la ocasión. Da igual si vas a pagar a profesionales para hacer un trío, si vas a hacerlo con tu pareja o va a ser algo 100% casual: los consejos son los mismos.



A diferencia de la actividad sexual normal, un trío exige un alto grado de sensibilidad. Cuando te metes en un trío, debes entrar a matar y tener unas cuantas reglas en mente. Sólo así vas a disfrutar completamente del trío.

Para disfrutar del trío, es conveniente establecer normas antes de ponerse a ello, así como los límites de cada persona. Eso es importante porque cada cual tiene una forma distinta de ver el sexo y de disfrutarlo. En el caso de que lo hagas con tu pareja, es importante que os sentéis a hablar sobre lo que el trío significa y cuáles son los límites respecto a la tercera persona. Eso es importante porque el trío puede ser una grandísima experiencia, pero también puede quedarse en la memoria como algo que creó una grieta en la relación. Por eso hay que dejar muy claro que es lo que uno quiere y lo que no tolera en una relación de tres. Hay que tener en cuenta los sentimientos de la pareja antes que el placer, al menos si no se quiere romper la relación.

Una de las reglas del trío que hay que seguir sí o sí es no consumir alcohol antes o durante el trío. Algunas personas tienden a beber para sentirse más desinhibidas, y aunque hay a quienes eso les funciona, en general el alcohol y el sexo son una muy mala combinación: falta de control, impotencia, malestar… Si quieres relajarte con una bebida, limítate a una o dos copas, según tu aguante normal. De esta manera te asegurarás de que funcionas en la cama como deseas hacerlo.

Otra regla para trío dicta que los participantes deben ser realistas, y no esperar que toda la atención se centre en uno, porque a la hora de la verdad, va a haber algo para todos. El trío no es una relación en la que dos personas hacen disfrutar a una tercera, sino una relación de igual a igual en la que los tres participantes disfrutan.

En cuanto a cómo comportarse, una buena regla es mantenerte siempre ocupado, especialmente las manos. Acaricia, besa, lame… Déjate llevar y sé activo. En cuanto a la penetración, hay que lanzarse a por ella sólo cuando alguna de las mujeres esté preparada. Y, por supuesto, hay que mantener siempre una actitud responsable para evitar la transmisión de enfermedades de transmisión sexual.

Fuente: Eulalia Roig

Imagen: devids.net

viernes, 10 de octubre de 2014

Las cortesanas: las escorts de la antigua Grecia

Bien sabido es que en la antigua Grecia la prostitución era legal y moralmente aceptable. Los griegos lo daban por sentado, sobre todo cuando se ganaba una batalla, que se tenía derecho a capturar y esclavizar a la mayor cantidad de personas que podrían encontrar en la zona conquistada.

Muchas fueron, por lo tanto, las mujeres presas que se vendían en una subasta y que, a continuación, se ponían a trabajar en burdeles. Dependiendo de la edad, la apariencia, la personalidad, sino también del talento personal (y la suerte), podían convertirse en prostitutas de diferentes tipos.


Las menos afortunadas eran prostitutas (pornai) que hicieron este trabajo con el fin de conseguir comida. Este tipo de prostitución aparecía sobre todo en las muchas tabernas de El Pireo, mientras que las más afortunadas eran las cortesanas (etàirai, que en griego antiguo significa "compañeras", lo que hoy en día se conoce como escorts).

Las cortesanas eran mujeres educadas y, a diferencia de las mujeres "respetables", se mantenían en la ignorancia y tenían un nivel familiar, social, cultural y jurídico altos; además, eran ingeniosas, hábiles en la conversación y también excelentes compañeras, además de consejeras para los hombres. Por otra parte, las cortesanas eran las únicas mujeres en la antigua Grecia que tenían el derecho de administrar su propio dinero en su cuenta.

Luciano de Samosata (siglo II dC) describe a estas cortesanas: "En primer lugar, se cuidan y son elegante. Y alegres con todo, pero no se ríen a carcajadas... Tratan a las personas con habilidades, sin engañar a los que visita o que la llevan a su casa, y no se ofrecen sin ser solicitado. En el banquete al que se la lleva, tratan de no emborracharse... Y no saltan sobre la comida de manera asquerosa. Hablan sólo cuando es necesario. Cuando es hora de ir a la cama con ella, se presenta muy disponible, tratando de hacerse agradable a su amante".

La mayoría de los hombres recibieron cortesanas en su propia casa durante el día y por la noche asistían a las reuniones de los hombres (simposios), donde no se les permitía ir a las esposas e hijas. En estas fiestas comían, bebían, y, en definitiva, daban satisfacción al espíritu y el cuerpo. Un simposio puede ser, dependiendo de las circunstancias, una orgía desenfrenada filosófica o reunión elitista (las pinturas de los vasos nos muestran las cortesanas en simposios desnudas o vestidas brevemente, mientras que tocan la flauta o bailan).

Sabemos que en el siglo IV aC Atenas, se había establecido un precio máximo de dos dracmas para el entretenimiento de la noche. Esto fue más que un trabajador de sexo masculino ganado por un día completo de trabajo. Luego estaban los "extra" para el rendimiento sexual y, de hecho, la Universidad de Naucratis nos dice que era costumbre que al final de la noche había una especie de subasta de estas niñas, al mejor postor.

A menudo, las cortesanas terminaban bajo la protección de un hombre poderoso. Como el caso de Aspasia de Mileto (470-400 aC), la compañera de Pericles, el padre de la democracia ateniense. A pesar de ser una mujer y no ateniense de nacimiento, fue capaz de encajar en la sociedad de su época, gracias a sus cualidades de sabiduría y astucia, como Plutarco nos dice. Después de muchos años de vivir juntos, Aspasia también logró casarse por el general ateniense, con quien tuvo un hijo.